jueves, enero 11, 2007

Quemando banderas

ETA ha vuelto a asesinar.

Los encapuchados no cejan en su psicótica cruzada ultranacionalista, poco importan las víctimas, las familias rotas, los amigos perdidos y las ilusiones truncadas.
La defensa de su sacrosanta tierra y raza superior bien lo valen.

Mi abuela, Maria Magdalene, a la que llamábamos cariñosamente Omi, abuelita en castellano, vino al mundo el último día del año uno del pasado siglo no muy lejos de Szeged, pequeña ciudad húngara del agonizante Imperio Austrohúngaro.

Sus ancestros, de origen suabio, decidieron buscar mejor suerte en el Este.
Tras la Guerra de los Treinta Años la hambruna y las epidemias asolaban la región.
La Emperatriz María Teresa de Austria prometió tierras a todos aquellos colonos que quisieran establecerse en amplias zonas inexploradas en los confines más remotos del Imperio.
No fue empresa fácil, el precio que tuvieron que pagar fue muy alto, muchos de ellos perecieron en pantanos y estepas o remontando el Danubio en precarias embarcaciones.
Hay un viejo refrán que se ha trasmitido de generación en generación entre los suabios del Danubio:

Für die ersten der Tod, für die Zweiten die Not, für die Dritten das Brot (para los primeros la muerte, para los segundos la miseria, para los terceros el pan).

Tras años de privaciones y dificultades consiguieron instalarse y prosperar.
A principios del siglo XX, mi bisabuelo, August Fieweger, era dueño de una finca dedicada al cultivo de remolacha azucarera y a la cría de caballos.
La vida transcurría sin mayores sobresaltos, la cosecha era buena, las relaciones con los vecinos excelentes y cuando las duras tareas del campo lo permitían, viajaban a Budapest en busca de diversión.

La paz se truncó cuando a principios de los años diez, patriotas serbios inflamados de sentimiento paneslavo, decidieron atacar a la gente de habla alemana afincada en la zona.
Fue precisamente uno de esos serbios, henchido de nación y bandera, quien desencadenó la Primera Guerra Mundial asesinando en Sarajevo al Archiduque Francisco Fernando.
De seguir vivo, el joven Gavrilo Princip hubiera sido un eficiente torturador en los campos de concentración de Kosovo.

August decidió que no era zona segura para su familia, por lo que vendió sus propiedades y tras diversas deliberaciones decidió instalarse en un pueblecito cerca de la ciudad de Neisse, en la Alta Silesia, actualmente Polonia, por aquel entonces zona perteneciente al Imperio Alemán.

Todo iba a las mil maravillas hasta que en el año treinta y tres ganó las elecciones el cabo de piernas torcidas de Bohemia, el carnicero de Braunau, Adolf Hitler.
El iluminado del bigotito abogaba por instaurar el tercer Imperio Alemán, un pueblo, una nación, una gran madre patria germana que duraría más de mil años.
Su demencia sumió a la mitad del mundo en uno de los períodos más negros y funestos de la historia de la humanidad y se cobró millones de muertos, el exterminio del pueblo judío y la desaparición definitiva de un sinfín de culturas.
Poco distan sus desquiciadas soflamas de las peroratas de algunos líderes nacionalistas de nuestro país.

Mi abuela contrajo matrimonio en el año 26 y se fue a vivir a Reichenstein, muy cerca de Neise.
Acabado el conflicto mundial y superado el infierno nacionalsocialista, irrumpieron en escena las tropas soviéticas y polacas.
Sedientas de venganza, algo corriente dentro de la locura de la guerra después de las atrocidades que habían sufrido a manos de los nazis, se ensañaron con la población alemana de Silesia. Asesinaron, violaron, saquearon y borraron todo vestigio de la población anterior.
Tamaña salvajada se cometió en nombre de la gran nación soviética.

Mi familia fue deportada en marzo del año 46, lo habían perdido absolutamente todo, todo menos el bien más preciado, la vida.
Pasaron semanas en un tren de carga y a punto estuvieron de perecer.
Llegados al puesto de recogida de exiliados en Helmsted, soldados americanos los rociaron con DDT y los instalaron en barracones del ejercito.
Fueron trasladados a Leer, en el norte de Alemania tocando con la frontera holandesa, allí vivieron unos años hasta que decidieron empezar de nuevo en Diepholz, a unos cien kilómetros de Leer.

También en esa localidad tuvieron que vivir cierto rechazo por su condición de refugiados.
Tenían hábitos muy diferentes, hablaban con otro acento, utilizaban otras palabras, expresiones arcaicas alemanas, vocablos en yiddish y algunas palabras en húngaro; mi abuela hablaba bastante bien tan complicadísimo idioma, cuando los tanques soviéticos irrumpieron en Hungría en el 56, se dirigió a la frontera para ayudar a todos aquellos que huían prestando sus servicios como intérprete.
Además profesaban otra religión, católicos rodeados de protestantes.

Eran hijos del pluralismo, un clarísimo ejemplo de lo enriquecedora que puede resultar la mezcla de nacionalidades, razas, credos, tradiciones y costumbres.
Por desgracia sufrieron en sus carnes las más virulentas causas y consecuencias del nacionalismo, pazguato, cerril y fascista.

El mismo que aterroriza a diario a gente inocente, el mismo que quema cajeros y autobuses en Rentería, el mismo que aniquila con premeditación y alevosía.

15 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Quizás un referendum seria la solución? Preguntar a los vascos que quieren ser resultaría una mala idea? Es acaso mejor imponer por la fuerza que sean españoles o que sean vascos? A alguien le preocupa lo que prefiere la gente? O hay quien considera que ya lo sabe y puede decidir por los demás? A mi que me trae sin cuidado mi nación me dejarian ser sueco? Almenos tendria un sueldo digno y podria acceder a una vivienda entre otras cosas. Pero hay que joderse, en mi pasaporte pone España y temo que me tachen de nazi si quiero cambiar (almenos no tengo demasiado interes en cambiar la nacionalidad española por la catalana). Yo no pretendo obligar a nadie a ser sueco, porqué persisten en obligarme a ser español?

P.S. Hasta me conformaría con ser alemán, alemán normal, sin pangermanismos.

Fdo. Una víctima del nacionalismo.

4:11 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Que gran satisfacción ver que las semillas no han caido en tierra infertil.¿Será posible que un día la tolerancia venza al fanatismo? Al leer esto pienso que sí.

Gracias de verdad
Rübezahl

8:53 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¿Almenos?
¿Es un nuevo vocablo acuñado en aras de la riqueza bilingüística de Cataluña?
¡Viva el unionismo!
Almenas son las que yo veo, almenas de la muralla que se erige majestuosa ante sus ojos y que no le deja ver más allá.
¿Referéndum?
Por supuesto, adelante, totalmente de acuerdo con usted, la mar de democrático.
Y si tras las votaciones el resultado es que los vascos no quieren la independencia ¿Qué harán entonces los malnacidos de ETA?
¿Se quedarán de brazos cruzados, ondearán la bandera blanca, abandonarán las armas y dejarán de matar por la espalda?
Lo dudo mucho.
Totalmente de acuerdo con los beneficios de ser escandinavo, obviando el frío, los días cortos, la altísima tasa de suicidios y el exorbitante precio del bebestible.

Cordiales saludos,

11:48 a. m.  
Blogger Hugo Martínez Abarca ha dicho...

Hola, te escribo aquí en plena campaña electoral del concurso de blogs de 20 minutos. Mi blog, III República (http://3-republica.blogspot.com ), se presenta y estaría encantado de que lo visitaras y, si te gusta, lo votaras. Y si en vez de votarlo, lo que te apetece es leerlo de vez en cuando, estaré igualmente encantado.
Perdona las molestias, pero las elecciones son así…
Un saludo,
hugo
PD Si decides votarme, puedes hacerlo en http://www.20minutos.es/premios_20_blogs/busqueda/III+republica/

3:21 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Si los vascos deciden no ser independientes, ETA simplemente no tendrá ninguna excusa. Y si deciden que si que harás estimado unionista, tomar su puesto? Veo que te importan demasiado las fronteras. No serás un tipo fronterizo?

5:52 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Miedo dan los mensajes, mejor dicho, pavor, los masajes mentales de anónimo, quien al igual que los etarras , y haciendo el mismo acopio de valor, oculta su identidad tras un alias.
¿Ya no tendrán excusa?
Por lo visto desde que vivimos en democracia si que han tenido excusa para matar a cientos de personas, secuestrar, apalizar, destrozar, extorsionar y aterrorizar.
¡Tan oprimidos están los pobrecitos que tienen que responder a la salvaje agresión que sufren a diario mutilando y reventando a inocentes transeuntes!
Hay que ser muy iluso para pensar que si por medios democráticos, léase un referéndum, el País Vasco no se declara independiente, los buenos muchachitos encapuchados depondrán su actitud asesina porque el deseo de la población vasca es el de no independizarse del resto de España.
Como en el fondo son todo corazón, cambiarán la pistolas por bandejas y perpetuarán la patria vasca haciendo feliz a la gente sirviendo pintxos y txacolis en sus tabernas.
¡Son majísimos, oyes! ¡Amos, anda!
¿Tipo fronterizo?
Me temo que no, detesto las road movies, las cazadoras de serpiente, a David Lynch, las camperas, a Tarantino, el mezcal, las carreteras polvorientas y los bodrios Robert Rodríguez.

Muy buenas tardes.

6:31 p. m.  
Blogger Fedush ha dicho...

Blog muy personal, con estilo y historias muy bonitas. Mi voto para ti. Seguimos en contacto en la blogosfera.
Si te gusta mi blog, vótame para los Premios 20 Blog: http://fedush.blogspot.com . Un saludo

1:10 a. m.  
Blogger Ivo von Menzel ha dicho...

Muchísimas gracias por tan amables palabras.
Con mucho gusto me daré un paseo por su blog.

Cordiales saludos

3:07 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Pues nada, dejémonos de democracia, para que? Si podemos arreglar las cosas a hostias. Y por cierto sus excusa es que el pueblo vasco no puede decidir por si mismo nada mas. Y otra cosa, quien ha dicho que sean majísimos?

Fdo.

Adrià Gual Altés

P.D. Es usted el tio de cúentame o es solo un valiente pseudonimo?

5:31 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué yo sepa no somos los demócratas los que repartimos hostias, sino los encapuchados e indirectamente antes HB y ahora el Partido Comunista de las Tierras Vascas.
Nosotros no ponemos pistolas en la nuca ni tenemos "subyugado" a un sector del pueblo vasco.
Por no estar, muchísimos de nosotros no hemos estado ni en Bilbao, pero si hemos sufrido atentados en las ciudades y pueblos donde residimos.
No victimicemos, los verdugos son los del hacha y la serpiente.
Los afectados la gente de a pie.
¿Cuándo he manifestado yo estar en contra de un referéndum?
Adelante con el.
Pero si el pueblo vasco decide no independizarse, ya me dirá usted que se hace con los terroristas
¿Seguirán con el régimen del terror hasta no ya obtener la independencia, sino gobernar ellos con puño de hierro? ¿O por el contrario depondrán las armas pues estarán totalmente de acuerdo con los resultados obtenidos?
¿Qué se hace con esos cerdos?
No se puede razonar con la barbarie, tampoco combatirla usando sus mismas armas, sería rebajarse a su nivel, si es que se le puede llamar nivel
¿Cómo se actúa ante fanáticos unineuronales criminales de la más baja ralea?
Reitero lo dicho en una misiva anterior.
Adelante con el referéndum, si es que sirve para que ETA desaparezca de una maldita vez de nuestras vidas.
Ojalá.

Muy buenas tardes

6:35 p. m.  
Blogger Ivo von Menzel ha dicho...

Rogaría al señor Altés y al señor Alcántara continúen dirimiendo sus hasta ahora irreconciliables diferencias manteniendo el tono correcto, educado y respetuoso del que han hecho gala hasta ahora.

Confío no entren en terreno pantanoso y en el cruce de improperios pudiendo dar pie a la entrada de comentarios de extremistas de los dos pelajes del más bajo nivel.

Hasta ahora sus aportaciones han resultado de lo más interesante y enriquecedor.

Permítanme el ruego de que el debate prosiga dentro de los parámetros de la más estricta caballerosidad.

Muchísimas gracias.

6:41 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Pues nada, si no hay problema con el referendum no se de que estamos discutiendo. Del método infalible para acabar con el terrorismo? Si alguien lo conociera haría años que no ya estaríamos hablando de esto. Ahora bien, esta frase: "anónimo, quien al igual que los etarras , y haciendo el mismo acopio de valor, oculta su identidad tras un alias." No es mia. No tengo que esconderme de nada. Ni llamo cobarde a nadie por usar un alias como hace la mayoria de la gente en los foros y menos escondido detras de otro alias. Con esto doy la discusión por zanjada. Este blog no está, almenos para mi, para albergar rifirrafes de patio de colegio.

Fdo. Adrià Gual Altés

7:01 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Vuelvo a sentirme pesimista. Me temo que no será posible llegar a la tolerancia.
¡Me siento triste!

9:52 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

A mi también me entristece ver a diario cómo medio mundo despelleja al otro medio... Tan difícil es una convivencia pacífica? Qué hacen más de 3 personas juntas? discutirse porque una de las 3 siempre querrá imponer su manera de hacer las cosas a las otras dos... Siempre habrá uno que fastidie la convivencia, con lo fácil que sería vivir y dejar vivir! Pues no, siempre tiene que existir algun ansioso de poder que es capaz de cualquier cosa para asumir el mando e imponerse y romper la armonía.
Democracia sí, pero también un respeto a las minorías.

4:55 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Uy, aquí algunos pretenden dar con la formula de la Coca-cola, cuando ésta ya ha sido desvelada.

CITO: Adelante con el referéndum, si es que sirve para que ETA desaparezca de una maldita vez de nuestras vidas.

Esto es lo más tremendo y lo más tonto de todo lo escrito.

6:55 p. m.  

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