viernes, septiembre 28, 2007

Matar a un ruiseñor



Alabado sea Mel Tormé.
Gracias a Dios nos dejó antes de la debacle.

¿Qué pensaría un cantante de su categoría de concursos como “Operación Triunfo”, o de la penosa caterva de intérpretes que ocupan hoy en día los primeros puestos de las listas de éxitos?

La más pura banalización del canto, la producción en masa de aspirantes a marionetas, la fama por la fama, el aborregamiento, la total y completa falta de creatividad, la interpretación clónica carente de alma, el sonido de hilo musical.

Por fortuna, siempre podremos echar la vista atrás.
Benditos aquellos tiempos no tan lejanos en los que la música salía de un corazón, una garganta y un instrumento.

Mil gracias, Mel.

¡Feliz fin de semana!

1 comentarios:

Blogger Arveja ha dicho...

Mel Tormé es uno de mis cantantes favoritos. Nadie canta "Blue Moon" tan bien como él.

Saludos,
Arveja

5:37 a. m.  

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