miércoles, agosto 22, 2007

Con las maletas preparadas



Recién aterrizado de mi tour anual por los Balcanes me encuentro con nuestra querida ciudad almibarada herida en lo más hondo de su corazón.

Así que me remito a los artículos de Arcadi Espada, La herida narcisista, y de Félix de Azúa, Tinieblas en el noreste, que sintetizan magistralmente una opinión que comparto, para no tener que perder tiempo mirándome el ombligo.

Este verano tuve la suerte de compartir tres días con un buen amigo (y escritor) de Sarajevo, su mujer y sus señores padres.
Toda la familia viene a ser un compendio de la historia de Europa (de la que deberían aprender aquéllos que comparan el proceso de independencia de Montenegro con el de Catanya).

Su padre, croata de raíces austríacas, húngaras y judías cursó la carrera militar en Belgrado.

Su madre, de origen bosnio afincada en la costa dálmata, volvió a Sarajevo por motivos de trabajo.

Allí nació mi amigo escritor.

En una de nuestras largas sobremesas su madre contó la historia de su padre, un comunista de los primeros, que tuvo problemas con todo el mundo.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial marchó a la Voivodina, al norte de Serbia, de donde se había expulsado y/o masacrado a los alemanes que vivían allí desde los tiempos de María Teresa.

Le ofrecieron una casa y vivió un año, pero después decidió volver a la costa, pues no se adaptaba a la vida de interior.

Como la casa no era suya la devolvió, no sin antes lamentarse de que hubieran sustituido a esos educados y civilizados alemanes (no los que eligieron al enano austriaco) por serbios venidos de las montañas.

Treinta años después le preguntaron qué quería hacer con esa casa y él siguió en sus trece: ¡Que se la devuelvan a su dueño!

Y mi amigo añadió estas palabras a la anécdota de su abuelo:

“Un cronista bosnio escribió una vez algo que muchas personas repetían especialmente durante esta guerra, así que yo también lo haré.
Según él, todos deberíamos tener siempre dos maletas preparadas con lo imprescindible.
Tuvo que pasar todo lo que pasó para que nos diéramos cuenta de la importancia de estas palabras.
Hoy en día esta frase se ha convertido en mi lema y junto a la puerta de mi casa tengo preparadas dos maletas de buena calidad.
Tengo que confesar que en estas maletas meto todo lo que recuerdo, por lo que puedo asegurar que son recuerdos fiables.
Así que escribo sobre las personas que quiero y anoto concienzudamente cualquier detalle.
Pregunto a mis parientes y reúno los hechos de sus vidas.
Después de imprimir lo que he escrito lo meto en la maleta y la cierro con la combinación de seguridad.

Si algún día presiento que en alguna parte se prepara una acción destinada a aniquilar los recuerdos, algo que siempre preludia la aniquilación de las personas, sólo porque hay personas que no quieren olvidar o que olvidan las cosas erróneas, si llegan hasta mí, digo, señales de que en alguna parte se prepara algo parecido, que en algún lugar las personas ondean banderas, llamando al diablo, entonces estoy seguro de que no esperaré en casa a que llamen a mi puerta.
Cogeré mis dos maletas, que debido a los manuscritos serán más pesadas, y arrastrándolas, me buscaré otro sitio donde pueda proseguir con mi trabajo.
No permitiré que nadie me las quite de la mano, ni siquiera dejaré que el mozo de la estación me las lleve hasta el vagón, ya que estas maletas, pensándolo bien, son mi única arma para la defensa del futuro, por supuesto.”

Y coincidiendo con ello, este mes de agosto, que se cumplen cuarenta y seis años del levantamiento del muro de Berlín, sale a la luz un documento que demuestra que la Stasi, la policía secreta de la RDA, tenía licencia para liquidar a toda que aquel que intentara cruzar el muro para huir del paraíso comunista.

Sólo 270 muertos de unos 1.200 han sido reconocidos, por lo que supongo que deberé investigar qué fue de esa prima de mi madre a la que asesinaron cuando intentaba cruzar el muro.

Su familia también tuvo que huir de Silesia ante el avance de los soviéticos, los Ivans, y acabó radicada en lo que después sería la República Democrática de Alemania.
A la prima se le perdió la pista hasta que murió en el muro, intentando escapar del sueño comunista.

En todo caso, yo también tengo las maletas preparadas, por si acaso.

Maximilian von Czernowitz

4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

¿El artículo de Félix "DE" Azúa lo ha escrito un subnormal?

2:24 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

No, hombre, lo ha escrito Félix de Azúa. ¿De entre comillas?

El señor de Azúa es licenciado y doctorado en Filosofía y colaborador habitual de los diarios El País y El Periódico.

En los años ochenta impartió clases en la Facultad de Filosofía de Zorroaga (San Sebastián), dependiente de la Universidad del País Vasco, y a principios de los noventa fue director del Instituto Cervantes de París, cargo del que dimitió.

En 1970 fue uno de los integrantes de la antología Nueve novísimos poetas españoles, de Josep Maria Castellet, junto a poetas como Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix o Leopoldo María Panero.

Su poesía está considerada fría y hermética, girando sobre los ejes temáticos del vacío y la nada. En cuanto a su producción narrativa, destaca por su carácter reflexivo y culturalista, incluyendo fuertes dosis de ironía y sarcasmo, sobre todo en sus textos más recientes.

Es Catedrático de Estética en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña.

Fue uno de los quince firmantes de los dos manifiestos (2005 y 2006) de la plataforma política Ciutadans de Catalunya a favor de la constitución de un partido político no nacionalista en Cataluña.

Todo un subnormal.

Xiri Cuchibiri Nacs

9:42 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Lo del partido "no nacionalista" es gracioso. Es decir, los que abogan para que, en un futuro referéndum, pueda declararse la independencia de Cataluña son "nacionalistas". En cambio, los defensores del status quo, paridarios de la continuidad de la nación española son "no nacionalistas". A mi modo de ver, ni unos son "nacionalistas" o "radicales" ni los otros "fachas". Se trata simplemente de respetar el derecho democrático de la mayoría. En su artículo, creo yo que el señor De Azúa intenta relativizar el abandono inversor (estafa) de esa España mía, esa España tuya , esa España nuestra, mezclándolo con ineficiencias - ciertas - pero que constituyen un problema paralelo y distinto, que tambien hay que solucionar, aunque es más difícil si cabe ya que existe en todos los paises del mundo. De Azúa tiene miedo que uno de los argumentos de los "nacionalistas" (él no lo es, claro, él es un hijo de la Ilustración) quede demostrado con los hechos y de alas a us reivindicaciones.

11:08 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¿Qué es más nacionalista? ¿Defender la idea que en España hay varias naciones o defender la idea de que hay sólo una?

11:57 a. m.  

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