martes, mayo 08, 2007

Un silesiano em Tampico


Ahora que se hace cada vez más difícil ir al cine para pasar un buen rato y evadirse de la triste realidad, uno tiene que acudir a su videoteca y buscar un par de esas películas que le alegran a uno el día y que despiertan nuestra envidia por el buenhacer artístico de nuestros antepasados.

Una de las películas que sin duda se merece volver a ver es El tesoro de Sierra Madre del añorado John Huston.

Como en los grandes clásicos (también de la literatura) se aúnan la aventura, el entretenimiento y el exotismo, sin perder un ápice de crítica social.
Pocas veces encontramos una descripción tan bien lograda de la avaricia humana, mientras asistimos pegados al sillón a las desventuras de ese trío de buscadores de oro en tierras mexicanas.

Para ello John Huston adaptó a la pantalla la novela del mismo título, publicada veinte años antes y que se había convertido en un éxito de ventas en Alemania.
Buscó la complicidad de unos actores que se salen de la pantalla y una vez terminada la Segunda Guerra Mundial se reunió con un tal Hal Croves, el supuesto agente del autor, en el Hotel Reforma de la ciudad de México y en Acapulco.

Huston no sabía que estaba negociando las condiciones de la adaptación con el mismo autor de la novela, B. Traven, que durante el rodaje haría muy buenas migas con Humphrey Bogart en San José Purúa, un balneario del estado de Michoacán.

La película fue todo un éxito, pero el misterio del autor siguió sin ser descubierto.
¿Quién era ese hombre, típico producto de la paradójica cultura germánica, anarquista y antisemita al mismo tiempo, que había conquistado, al por otra parte poco propenso a relacionarse con los alemanes, Humphrey Bogart?

La vida y obra de B. Traven sintetiza como pocas el devenir del siglo XX.
Autor de clásicos del género de aventuras como El barco de la muerte, Los pizcadores de algodón, El tesoro de Sierra Madre o Puente en la selva, Traven fue un precursor de los escritores invisibles, un buen conocedor de los modelos de la literatura de aventuras, a los que dio la vuelta en sus novelas, adaptándolos a los locos años que se vivían Europa por entonces.

Las teorías sobre su origen son múltiples, pero yo estoy convencido, porque no dejo de ser un hombre sentimental, que nació a finales del siglo XIX en alguna localidad de Silesia, esa hermosa y próspera región que Federico de Prusia arrebató a María Teresa a mediados del siglo XVIII (y que ya entonces era uno de los principales exportadores europeos a América).

Feige/Marut/Torsvan/Traven fue novelista, actor teatral y revolucionario en esos convulsos años europeos, que ya gestaban en su vientre la semilla de los totalitarismos.

Así que después de un matrimonio fracasado y una hija a la que nunca reconoció, una meteórica carrera en los escenarios alemanes y su participación para la proclamación de la República Socialista de Baviera, Traven decidió hacer las Américas, pasando primero por Londres.

Parece ser que se enroló como carbonero en un mercante noruego, pero en una escala en Tenerife desapareció.
Nadie sabe cómo en 1924 estaba ya instalado en Tampico (donde viviría hasta 1931), ejerciendo los trabajos más inverosímiles.
Ya había sobrepasado los cuarenta y su experiencia era larga.
Empezó a escribir como poseído por el demonio de la creación y rápidamente la recién creada editorial alemana Büchergilde Gutenberg le hizo un contrato en exclusiva.

Durante seis años se dedicó a viajar (participó en una expedición arqueológica a la famosa Chiapas, que ahora está en boca de todos los alternativos de salón) y escribir. Mientras sus libros se vendían como churros en Alemania (aunque con una sintaxis desmañada, sus ficciones cautivaron a cientos de miles de lectores), Traven, quizá por miedo a los asesinos a sueldo, decidió mantener el anonimato.

En julio de 1930 consiguió una tarjeta de residencia a nombre de Traven Torsvan, ingeniero norteamericano (¡viva la mordida!) y a partir de entonces utilizó varios pseudónimos, entre ellos el más conocido el de B. Traven (ya en Alemania firmaba sus encendidos escritos revolucionarios con el nombre de Ret Marut; incluso llegó a publicar en Solidaridad Obrera durante la guerra civil española).

Sin embargo, con la llegada de los pardos al gobierno de Alemania, los libros de Traven fueron prohibidos y el autor se vio obligado a buscarse editor en Suiza y Holanda.

A partir de 1934 se empezaron a publicar las traducciones inglesas de sus novelas.
Tal como escribe el argentino Ricardo Piglia el tren es un lugar mítico para la literatura y es allí donde se forjó el éxito internacional de Traven.

En un tren camino de un pueblecito de Michoacán viajaba Esperanza López Mateos, traductora y directora de la editorial mexicana Masas y hermana del que fuera presidente de la república entre 1958 y 1964.
Había quedado con B. Traven para hablar de su obra y traducirla al español (lo que haría a partir de 1941).

Viajaban uno al lado del otro sin saberlo hasta que se encontraron de nuevo en el andén. Ella se convirtió en su agente y traductora al español y consiguió que su obra se conociera en todo el mundo.

Sin embargo, en 1951 López Mateos cayó en la tentación del suicidio en el país de la muerte.

Un año después Traven conoció a Rosa Elena Luján, que vino a suplantar la figura de la primera, y ésta se convirtió en su nueva agente, traductora al español, secretaria y heredera de sus derechos, y con la que se casó en 1957.

El mito de B. Traven se fue extendiendo por todo el mundo, pero él ya no escribiría nada con la fuerza de sus primeras novelas.
El 26 de marzo de 1969 Traven falleció en su domicilio de la calle Mississippi 61 de México D.F.

En España sigue buscando editor.

Maximilian von Czernowitz

11 comentarios:

Blogger lucas quejido ha dicho...

Compañero, no te disculpes que no hay nada peor que mi gesto, imperdonable, de quedarme a tu espalda y obligarte a girar el cuello como la niña del exorcista.
Queda pendiente una caña. Por cierto, en Valencia 166 está el bar Minusa, el bar más simpático de la zona.
Un saludo.

4:49 p. m.  
Blogger Ivo von Menzel ha dicho...

Estimado colega,

mi gesto fue el desafortunado.
Así sea, queda pendiente esa cañeja, o las que se tercien.
Seguimos en contacto.
No conocía el garito en cuestión, pinta muy bien, un oasis en la sequía galopante que vive Barcelona en lo que a los bares de copas respecta.

Saludos cordiales

5:20 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Chapó Maximilian!
El Tesoro de Sierra Madre es un hito en la historia del cine. Lleva al espectador a una catarsis, y lo traslada al más curioso y subyugante mundo paralelo del séptimo arte. No es cine, exactamente, sino ¡puro cine!

Junto con Rashomon, de Kurosawa, el Tercer hombre, de Carol Reed, Hanna y sus hermanas, de Woody Allen, y la poco conocida Frenesí, de Alfred Hitchcock, constituyen una paleta jamonera de películas que todo mayor edad debe ver de todas todas.
¡Saludos!
anónimo

7:54 p. m.  
Blogger lucas quejido ha dicho...

Hostia, recuerdo haber leído algo sobre Traven en una publicación de Ruedo Ibérico, como anarquista europeo que se fue exiliado a Mexico y se dedicó a escribir, entre otras cosas, el "tesoro de sierra madre". Me divierte mucho la versión de los Simpson, en la que Bart y sus colegas se disputan la posesión del nº1 del comic... ¿Vengador tóxico? Algo así.
¿Antisemita? Caray, no veo por qué... Los caminos del Señor...
En fin, a lo que vamos, el bar Palermo, donde nos encontramos, es el único restaurante popular decente del barrio:
Nunca: Pasta y bacalao.
Siempre: guisos, ensaladilla rusa, libritos de lomo, calamares a la romana, gambillas, boquerones fritos, calamar relleno, pollo al limón, etc.
Es decente, sin cohetes. Pero eso es mucho.
mi mail es lucasquejido@gmail.com
Salut!

3:41 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Rashomon?
Hanna y sus Hermanas?
Que se deben ver?

A tomar pol culo!

1:03 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Sr. Brasas:
Lávate primero la boca con jabón. Lamento que películas cuya calidad está bastante contrastada en el mundo mundial no cumplan con tus estandares de calidad. Posiblemente Rashomon y Hannah y sus Hermanas, no llegan a la suela de los zapatos a tus películas favoritas: American Pie 2, Robocop 3, y esas pelis tan estupendas con Jennifer López o Richard Gere.
¡Ignorante!, o, en su caso, ¡Necio provocador!
emilio

11:29 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

No quisiera que mi frase "Quién era ese hombre, típico producto de la paradójica cultura germánica, anarquista y antisemita al mismo tiempo, que había conquistado, al por otra parte poco propenso a relacionarse con los alemanes, Humphrey Bogart" condujera a malentendidos: al escribir "anarquista y antisemita" me refiero única y exclusivamente a B. Traven, que en varios escritos ya demostró su desprecio por la raza semita. En ello coincidía con los monárquicos de racio abolengo, los nazis, fascistas y estalinistas de la época. Los judíos alemanes siempren fueron de cultura urbana y burguesa (a Lubitsch me remito) y fue en la provincia rusa, francesa y alemana donde se gestó el antisemitismo moderno. Ello no quita que Traven, como Céline, fuera un enorme narrador. En todo caso, yo escribía sobre la novela y su autor, no sobre la película de Huston...

12:32 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Maximilian:
Te pido disculpas por haberme equivocado y hecho disquisiciones sobre películas, cuando era el autor y su obra el objeto del artículo.
Intentaré hacerme con la novela para conocer a este autor con tan rica y curiosa vida.
emilio

3:53 p. m.  
Blogger Ivo von Menzel ha dicho...

Estimado compadre,

el pulpo a feira del Bosque Palermo no se lo salta un galgo.
Muy recomendables también el salpicón, los pimientos del Padrón y las frituras de choco y calamar.
Los platos del día que ofrecen son muy decentes y la mar de económicos.
Le recomiendo encarecidamente no pida vino de la casa, provoca alopecia, el pelo se te cae a puñados.
Otro de los locales decentes de la zona es el Cleries, sito en Valencia con Enrique Granados.
Mesas de mármol, precios populares, excelentes chicharrones y música de los cincuenta y sesenta a cargo del dueño del establecimiento (melómano consumado).
Abren a primera hora y cierran sobre las ocho y media, nueve de la tarde.
Ideal para tomarse unas cervezas a media tarde.
Los sábados (si hay partido de fútbol "importante") abre hasta bien entrada la madrugada.

Mi correo electrónico:
ivo@zambra.com

Saludos cordiales,

Ivo

7:25 p. m.  
Blogger Aristeo ha dicho...

Creo que faltó mencionar de la vida de B. Traven con los indígenas de Chiapas. Acerca de la obra que desarrolló acerca de las condiciones de vida de los indígenas en esa región que posteriormente se convulsionara.
No olvide mencionar sus cuentos(Canasta, Macario, El Visitante Nocturno, El Arreo, etc.) y la lucha por el petróleo en México.
B.Traven pidió al final de su vida, ser cremado y sus cenzias depositadas en "el cañón del Sumidero", en el mismo lugar en donde los Indios Chiapa, se lanzaron al vacío, negándose a rendirse ante los colonos hispanos.

Gracias por su artículo, muy interesante.

Saludos desde México. En la región Huasteca, por donde Traven anduvo (Tampico).

Aristeo.

8:16 p. m.  
Blogger Unknown ha dicho...

¿B. Traven antisemita?
falso.
No veo por dónde.
Debería poner más atención en sus últimos escritos en México.

Edgar.

8:25 p. m.  

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